Sumergirse en aguas termales para mejorar la salud y aumentar el bienestar se remonta a la Antigua Grecia. Hipócrates, el médico más famoso de la antigüedad, dedicó una gran parte de su tiempo a estudiar las propiedades terapéuticas de las aguas termales mientras que Heródoto alabó el poder de curación y relajación de las fuentes termales y estableció los métodos de sus practicas terapéuticas.
Debido a una geología única en Grecia podrás encontrar manantiales termales repartidos por todo el país para tratar todo tipo de afecciones de forma natural y relajarte en sus aguas. Deshazte del estrés, la ansiedad y embárcate en el viaje más plácido y sosegado que podrás realizar por Grecia.
1.- Edipsos
Situada en la isla de Eubea, Edipsos es una de las ciudades balneario más famosas de Grecia y donde, según el geógrafo griego Estrabón, Heracles adquirió su poder divino en las aguas de sus manantiales.
Con más de 80 fuentes termales, las aguas de Edipsos destacan por contener elevados porcentajes de elementos tan vitales para el ser humano como el magnesio, el calcio y el hierro, que son absorbidos por la piel cuando nos sumergimos en ellas.

Los diversos manantiales repartidos por toda la ciudad suministran agua a las modernas instalaciones los distintos centros de hidroterapia de la ciudad. Sus baños minerales curativos están recomendadas para tratar afecciones como el reumatismo crónico, la artritis o el lumbago, entre otras.
No te lo pierdas… En algunos de los manantiales el agua que brota del fondo marino y se combina con las aguas calientes. Una experiencia única.
2.- Pozar
Ubicado en la prefectura de Pella, al noroeste de la ciudad de Tesalónica, Pozar (cuyo nombre significa carbón encendido en griego) cuenta con unos baños termales rodeados de un paisaje natural idílico. Piscinas naturales, serenos senderos de montaña, cuevas misteriosas o cascadas son algunas de las maravillas naturales que te encontrarás en este paraíso apenas frecuentado por turistas extranjeros.
En Pozar podrás relajarte en unas aguas termales cuya temperatura se mantiene en los 37 grados centígrados durante todo el año. Se recomienda para tratar el reumatismo, los problemas dermatológicos, ginecológicos, respiratorios y circulatorios, entre otros.

Pozar es además el destino ideal si quieres complementar tu viaje realizando deportes de invierno o actividades en contacto con la naturaleza como el senderismo.
Un consejo: no te pierdas el baño termal al aire libre donde podrás nadar en aguas calientes procedentes de los manantiales o frías, procedentes del arroyo Nikolau.
3.- Icaria
Icaria tomó su nombre del desafortunado Ícaro, hijo de Dédalo, constructor del laberinto del Minotauro. En su huida del palacio del rey Minos de Creta con unas alas fabricadas de plumas y cera, Ícaro desoyó las advertencias de su padre y se acercó demasiado al sol. La cera se derritió y el joven se precipitó al mar, donde murió.
Con una vegetación frondosa, montañas y numerosos arroyos que desembocan en sus hermosas costas, Icaria es el destino ideal para los amantes del hidrotermalismo. La estructura geológica peculiar de la isla hacen que sus fuentes termales sean únicas por su composición química y radiación.

La más conocida, Therma, ya era un destino muy popular para la hidroterapia durante la antigüedad y prueba de ello son los restos de unos antiguos baños cercanos. Entre sus propiedades curativas se dice que están el tratamiento contra el reumatismo crónico, la artritis y las enfermedades ginecológicas.
La isla además destaca por su ritmo de vida relajado y la longevidad de sus habitantes.
4.- Loutraki
Ubicado a tan sólo 22 kilómetros de la antigua Corinto, Loutraki es una pequeña y encantadora localidad famosa por sus aguas termales.
Muy popular durante época romana, la primera referencia de los beneficios de las aguas de Loutraki se remonta a Jenofonte. Sede de un centro de baños y varios templos durante la antigüedad, hoy en día Loutraki se ha convertido en una ciudad turística con fabulosas instalaciones en las que relajarse y beneficiarse de sus aguas minerales.
Procedentes de las montañas de Gerania, el agua se enriquece durante su viaje con minerales y oligoelementos de potasio, sodio, cloruro, magnesio y bromo. La temperatura del agua se mantiene constante a 30,40 centígrados durante todo el año y entre sus beneficios está el tratamiento de diversas enfermedades como el reumatismo crónico, la artritis, la inflamación de la piel, el dolor de espalda o la psoriasis. El agua potable de las aguas termales ayuda además a combatir los cálculos renales y los problemas digestivos.
Y además… Loutraki es un destino de ocio muy popular en Grecia y además de centros de hidroterapia, spa y modernos complejos hoteleros ofrece también uno de los casinos más grandes de Europa.
5.- Lesbos
Las aguas minerales de Lesbos son conocidas desde la antigüedad y están situadas en áreas tranquilas de la isla que permiten desconectar de todo lo que no sea disfrutar de un relajante baño.
Situadas a 60 metros sobre el nivel del mar cerca de las orillas del río Almyropotamos y a poca distancia de la playa de Vatera, visitar las fuentes naturales de Polichnitou se convierte en una experziencia inolvidable. El magnífico entorno natural en el que se encuentran los manantiales recrea un ambiente evocador mientras disfrutamos de las aguas termales más calientes de Europa (las temperaturas pueden llegar a oscilar entre los 67 y 93 grados centígrados aunque para los baños de los visitantes se mantienen a 43).

Las propiedades de estás aguas están especialmente recomendadas para el tratamiento de reumatismos crónicos, enfermedades de la piel, ciática, dolor miálgico, infecciones en el tracto urinario y enfermedades ginecológicas en general.
Y además… Otras fuentes termales que podrás visitar en Lesbos son las de Eftalou, Gera y Lisvori. Pero además de relajarte con un baño en aguas curativas te recomendamos que disfrutes de Mitilene su capital, las hermosas playas de la isla y su deliciosa gastronomía.